Descripción
El castillo de la Suda, también llamado Suda de Tortosa, es uno de los principales monumentos históricos de la ciudad de Tortosa.
Uno de los nombres que más veces se citan en la historia antigua de Tortosa es la Suda, viene de origen árabe que quiere decir lo mismo que castillo o fortaleza. El actual castillo se remonta a los primeros pobladores de Tortosa, y las casas que están adosadas son la parte de la ciudad que se edificó primero, amparada por la fortaleza que le sirve de retaguardia.
Explicación
Desde principios del siglo VIII, y hasta el año 1148, Tortosa estuvo bajo dominio andalusí. En esta época la ciudad fue un enclave estratégico desde donde se controlaba las comunicaciones hacia los territorios del norte y se dominaba la vía fluvial que permitía el acceso a las tierras del interior. Extremo más septentrional de Al-Andalus y centro de uno de los reinos de taifas más activos, la urbe fue muy importante desde los puntos de vista económico y cultural dentro del entramado de reinos que surgieron a partir de la crisis del Califato de Córdoba.
De camino hacia el castillo, empotrada en los muros catedralicios exteriores de la calle de la Zuda, hay una copia de la lápida fundacional de los astilleros del siglo X, construidas en época de Abd al-Rahman III, gran impulsor de las obras públicas. La pieza original, realizada por el escultor Abd allah b. Kulayd en escritura cúfica florida propia del periodo califal, se conserva actualmente en la Sede. El paseo por la calle de San Felipe Neri y la costa de Capellans nos lleva a la Alcazaba o recinto fortificado, después de dejar a la derecha el edificio de los Reales Colegios de Sant Jaume y Sant Maties, fundados en el siglo XVI para el adoctrinamiento de los moriscos o nuevos cristianos. Al salvar un fuerte desnivel, atravesando los lienzos de muralla del patio de armas, se accede al interior del castillo de la Suda o de San Juan. La impresionante fortificación domina Tortosa y el río Ebro, y es vigía del valle bajo del Ebro.
La fortaleza fue construida en el siglo X, en época de Abd al-Rahman III en la antigua acrópolis romana. Del periodo islámico quedan la base y el trazado de las murallas. Reconquistado por el conde Ramón Berenguer IV (diciembre de 1148), el castillo pasó a ser residencia de los Montcada y de los Templarios. Después de la reconquista u ocupación cristiana, se convirtió en prisión, y ya desde el tiempo de Jaime I, fue utilizado como residencia real. La construcción sufrirá fuertes modificaciones a partir del siglo XV, debido a las nuevas exigencias militares de defensa: desaparecen las almenas que son sustituidos por las troneras. La construcción acoge actualmente el Parador de Turismo Castillo de la Suda, excelente mirador de la ciudad.
Nada más llegar a la cima, a la izquierda, antes de penetrar en la explanada, hay una antigua necrópolis árabe (siglos X-XII), la única a cielo abierto que se conserva en Cataluña. Alguna de las tumbas conserva el estuco original. En el centro del recinto se construyó el enorme pozo, de gran diámetro y profundidad, que se alimentaba de las aguas del Ebro.